Si ayer hablábamos del final de Hispania, hoy tenemos que hablar de otra gran apuesta de Antena 3 que terminó anoche. Luna, el misterio de Calenda. Que mucha historia, muchos lobos, mucha cosa, pero a mí no me ha terminado de convencer, qué queréis que os diga. Tengo que reconocer que para esto de las series yo voy un poco a contracorriente, así que si eres fan accérrimo de ésta, mejor no sigas leyendo.
Eso del pueblo con una leyenda maldita en el que hay hombres Lobo desde la Edad Media… no me gustó mucho. La verdad es que tenía su punto, pero no me terminaba de convencer la historia, porque preveía que al final iban a acabar cayendo en los mismos tópicos de siempre. Y aunque lo ha intentado y ha logrado evitarlo – que todo hay que reconocerlo – la verdad es que no ha sido santo de mi devoción.
Un punto flaco que le he visto a la serie son las subtramas que han creado dentro de la historia. Algunas demasiado flojas y otras incluso inverosímiles. Y si ya añadimos que en España parece que no se saben hacer buenas series si no hay amores de por medio – sobre todo si hay un público potencialmente adolescente – nos da un punto en contra de esta producción.
Y por último, una cosa que a mí me suena mucho a serie española – aunque también en alguna extranjera lo hemos visto – ¿cuántas veces nos han quitado de en medio al personaje que estaba a punto de contar lo que pasaba? Que sí, que es verdad que si dice lo que pasa se acabó la serie, pero ¿no es un recurso que está ya un poco manido?
La serie, no obstante, ha tenido muchísima audiencia y se ha mantenido como líder de su franja horaria, así que no dudamos en que ya están preparando una segunda temporada llena de tramas y nuevas historias. Y es que, aunque a mí no me haya gustado mucho, hay que reconocer que ha tenido su público y ha sabido ganárselo. Así que yo le daré una segunda oportunidad.