Pilar Rubio está haciendo méritos para que ningún presentador la quiera de compañera. Porque se ha convertido en la antítesis del Rey Midas de la televisión: programa que toca, programa que se hunde. Y cada vez más rápido. El último ha sido Todo el mundo es bueno, que sólo ha tenido un programa de emisión pero ha sido suficiente para que los directivos de Telecinco se planteen su retirada.
Por ahora hay grabados ocho programas y se está grabando uno más, pero parece que será el último. La incógnita es si verán la luz o no, porque viendo las audiencias, los resultados del primer día y la caña que le mete Twitter a Pilar Rubio… me parece que no va a durar ni dos telediarios.
Y es que, al contrario que en Sé lo que hicisteis, desde que fichó por Mediaset sus programas han sido un fracaso tras otro. Ni en series, como Piratas, ni en programas, todos han ido cayendo poco a poco: Palomitas, XXS, Cántame una canción, Operación Triunfo… El único que aguantó toda la emisión fue Más que baile y no precisamente por la presentadora, sino porque en él estaba participando Belén Esteban, la princesa del pueblo, y claro, tiene mucho tirón.
¿Qué pasa para que la pobre de Pili no triunfe en televisión? Presencia no es, porque le sobra y mucho. Pero tal vez le falten tablas. Porque para llevar un directo – o pseudo directo – de cuatro horas de duración, hace falta mucha experiencia para saber conducir un programa. Y a Pilar Rubio se la veía verdecita, rellenando los huecos con frases cliché y demasiado pendiente de un pinganillo que más de una vez le jugó una mala pasada.
Tal vez – y si ánimo de criticar – le vendría bien un cursillo exprés para presentadores. Los formatos cambian y la televisión cada vez es más compleja. Y una ayuda extra puede ser la salvación, ¿no crees?